❥ 🇨 🇮 🇳 🇨 🇴

—¿Hola?—pregunté al no saber dónde estaba, solo veía un prado, con muchas flores. Algo similar a donde iba con Edward.

Tenía un vestido blanco, okey, si, definitivamente estaba soñando o ya estaba muerta.

Simple.

—¿Ash?—llamó una voz que reconocería en cualquier lugar.

—¿Abu Sof?—pregunté, sabía que tenía lágrimas acumuladas.

—Oh, pequeña...—se acercó a mi, y me abrazó, yo dejé que mis lágrimas hicieran lo que quisieran.

—Estás aquí, estás conmigo...—murmuré aferrándome a ella.

Mi abuela había muerto cuando yo tenía siete, siempre estaba con ella y con mi tía Lyra, ellas eran las dos personas que más confiaba, pero luego murió y tuve que afrontarlo.

Nunca lo acepté del todo, pero ahora estaba con ella, de verdad lo estaba.

—¿Cómo...? ¿Yo estoy...?—empecé al separarme un poco.

—¿Muerta? Algo así—me guió por un lado y caminamos, —Pero no, aún no estás muerta, este lugar es como una sala de espera.

—¿Sala de espera?—me alarmé, demasiado a decir verdad, —¿¡Ósea que puedo ir al cielo o al infierno!?

Ella puso una mano en mi brazo, callándome un poco, —No, aquí puedes decidir, si estás lista para dejar el mundo e ir al cielo, o si te quieres quedar un tiempo más aquí, como un alma.

—¿Tú estás aquí porque no quisiste dejar el mundo? Ósea que ¿Penabas?

—No, no penaba y tampoco estoy aquí porque no quisiese dejar el mundo, yo estoy aquí para recibirte. —sonrió un poco y agarró mi mejilla, —Creciste demasiado, eres una adolescente muy hermosa. Aunque ya estás casada y con una hermosa hija.

—Lo sé.—sorbí mi nariz, —Me hiciste mucha falta todos estos años.

—Y te casaste con un vampiro, y convives con lobos, vampiros y lobos. Que pequeño el mundo.—ironizó un poco.

—Abu Sof.—llamé agarrando sus manos, —Ya lo sé, pero no tengo idea del como me involucré en todo esto del mundo sobrenatural pero no me arrepiento. Conocí al amor de mi vida, estuve con quienes considero familia, tuve una hija preciosa, nunca voy a arrepentirme de mi curiosidad.

—Ay, Ash...siempre tan curiosa, no has cambiado en eso...vi que tuviste una vida buena, desde que conociste a ese tal Edward Cullen. Me alegra mucho que hayas tenido la vida que querías, y la que merecías.—mi abuela agarró mis manos.

—¿Que haya?—pregunté atónita, —¿Eso quiere decir que...? ¿No voy a volver?

—Esa no es mi decisión, aún pueden salvarte, y puedes volver. Ven.—me guió hacia un lago, —Acércate, vas a verlo.

Le hice caso, mi abuela hizo lo mismo que yo.

Por favor, por favor.—vi a Edward, estaba mordiendo todo mi cuerpo, poniendo su veneno en mi, —Vuelve a mi, Ashby, vuelve a mi, por favor.

Su cara tenía lágrimas que jamás podría derramar.

Ashby, vamos, no, no, no, no, no, te lo pido, no me hagas esto. Por favor, vuelve, no puedo vivir sin ti. Te amo, no me dejes, vuelve, vuelve a mi.—seguía pidiendo.

—Te ama demasiado, Ash.—dijo mi abuela.

—Si, y yo a él.—sonreí un poco, mi rostro estaba algo rojo por las lágrimas, me dolía verlo así, sufriendo.

—Se nota el amor que se tienen, mira.

El agua del lago cambió, ahora veía a Rosalie, con mi hija.

Shhh, tranquila, eres hermosa, igual a tu madre. Aunque tienes los ojos de Edward cuando era humano, pero combinado con los de Aby, ojos verdes con marrón, cabello castaño, carita y facciones finas. Si, Freissy, eres el vivo retrato de Aly.—decía Rose cargando a mi hija, meciéndola para que no quiera llorar.

—Es preciosa...—susurré admirando a mi hija.

—Si, lo es, muy hermosa. Como tú, mi niña.

—¿Podré algún día ser feliz? ¿Sin que nadie me quiera arrebatar mi felicidad, jamás?—me giré a ella, siempre hubo algo que no me dejaba alcanzar la felicidad, algo siempre se interponía en eso.

Agarró mis mejillas, con sus manos y yo agarré sus muñecas, —Tú eres feliz, en cualquier lugar, con las personas indicadas.

Luego pasé tiempo con ella, por un momento me olvidé de todo, de mis problemas cuando estaba en la tierra, me dediqué a ponerme al día con mi abuela, porque con ella me sentía feliz, y nadie podría negar eso. Me sentía completa con ella.

—Antes te mostré a los vampiros, ahora te mostraré a algunos lobos, todos ellos sufren por ti.—me dijo y me acerqué al lago.

No puedo creerlo...—empezó Paul, sentado con la cara roja, había ¿Llorado?

Era nuestra cachorra.—susurró Sam, al lado de Emily.

Y lo es, aunque ya no esté sigue siendo parte de la manada.—Quill estaba aún peor.

—Me da pena, yo también los quería demasiado, eran mi familia. La manada era parte de mi.—sonreí un poco.

—Si, bueno, basta de llantos, podrás verlos más tarde.—mi abuela me hizo irme.

—No, espera.—volví al lago, —Quiero ver que hace...Jake

—De acuerdo.—murmuró y luego en el agua Jacob apareció, sonreí pero mi sonrisa se desvaneció al ver a donde se dirigía.

Jake iba a donde Rosalie estaba con mi bebé, quería hacerle daño.

—¡No!—grité, pero el no iba a poder escucharme.

Luego solo mi hija lo miró, y Jake se detuvo, pareció hipnotizado.

Imprimación...

« La imprimación con alguien, es algo...cuando la ves, todo cambia en ti, de repente ya no es la gravedad la que te sujeta al planeta, es ella »

¿¡Jake se imprimó en mi hija!? ¡Ese maldito lobo asalta cunas!

—No, Jacob no está imprimado de tu hija, Ash, solo ve que tiene el brillo de tus ojos.—me dijo mi abuela al ver que mis facciones se endurecían.

Y tal vez tenga razón, mi pequeña tenía el brillo en sus ojos que me caracterizaba (según los demás) seguro fue eso.

Estaba demasiado alegre, estaba con mi abuela y me sentía bien. Podría quedarme con ella por siempre, la extrañaba demasiado.

Y de pronto...dolor, ardor, quemaduras, todo lo que te pueda hacer retorcerte en el suelo por no tener la fuerza suficiente para aguantar algo de tan alta magnitud. No habían palabras para sentir lo que yo en ese momento, sentía que me quemaba viva, que estaba muriendo torturada. La silueta de mi abuela era borrosa, y luego, como si fuera una ilusión de mi propia mente, se fue desvaneciendo en el aire, mientras yo seguía en el piso retorciéndome. Esto era jodidamente doloroso, sentía mis latidos ir más lento, hasta que solo escuché el último, el último latido de mi corazón.

Me sentí liviana, ya no estaba donde antes, era consciente de lo que estaba a mi alrededor, los olores y demás, los podía sentir, mis ojos se sentían algo raros, pero en general era como si hubiese revivido o algo parecido.

No quería hacer mucho, tampoco era como si pudiese, la verdad es que no sabía como reaccionar, lo único que pude hacer fue abrir los ojos, de manera rápida.

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